Manipulación

1. Descongela Correctamente

Cuando sea posible, descongela el pollo congelado en el refrigerador, nunca afuera. Esto generalmente toma alrededor de cinco horas por libra, por lo que es bueno planificar con anticipación. Si estás apurado, puedes sumergir el pollo envuelto en agua fría. Asegúrate de cambiar el agua cada media hora aproximadamente para una descongelación efectiva. También puedes usar el microondas, pero vigila el pollo cuidadosamente, ya que las partes más delgadas tienden a cocinarse mientras las secciones más gruesas aún se están descongelando. Sigue las recomendaciones del fabricante del microondas respecto a los ciclos de descongelación para el pollo.

2. Lava Tus Manos

Mientras prepares tus comidas, asegúrate de lavar tus manos con agua tibia y jabón después de tocar pollo crudo, carnes crudas, pescados y vegetales no lavados. Asegúrate de reemplazar cualquier paño de cocina o trapo después de usarlo cerca de proteínas crudas.

3. No Laves el Pollo

A menudo se asume que lavar el pollo crudo eliminará cualquier bacteria, haciéndolo más seguro para comer. Sin embargo, este no es el caso. Algunas bacterias encontradas en el pollo están tan fuertemente adheridas que no se pueden eliminar, sin importar cuanto se lave. Además, las bacterias de la superficie pueden lavarse fácilmente, salpicando y contaminando alimentos cercanos, utensilios y superficies. No limpiar a fondo todas las superficies contaminadas puede resultar en enfermedades transmitidas por alimentos. Cocinar las carnes crudas y el pollo a la temperatura adecuada matará todas las bacterias, haciendo que el lavado sea innecesario en primer lugar.

4. Corta con Cuidado

Utiliza siempre tablas de cortar separadas al cortar o recortar el pollo, para prevenir la contaminación cruzada. Nunca uses una tabla de cortar de madera para pollo crudo.

5. La Limpieza es Clave

Mantener un área de trabajo limpia y separar el pollo crudo de otros alimentos es esencial para preparar una comida segura y saludable. Siempre lava tus manos, mesones, tablas de cortar, cuchillos y utensilios con agua caliente y jabón antes de tocar cualquier otro alimento. Y recuerda mantener paños de cocina limpios en tu cocina, reemplazando aquellos que se usaron cerca de proteínas crudas.