1. Revisa la Etiqueta
Antes de comprar, asegúrate de verificar que el paquete tenga el escudo o sello de inspección de la USDA mostrado aquí. Revisa el paquete en busca de rasgaduras o agujeros y verifica la fecha de «venta hasta» (que indica el último día en que el pollo puede ser vendido) o la fecha de «consumo preferente» (que indica el día en que el producto debe ser usado o congelado).


2. Revisa el Producto
Inspecciona la apariencia del pollo. Debería tener un color rosa o amarillo profundo, dependiendo de la dieta del pollo. Un olor fuerte podría indicar que está en mal estado.
3. Compra los Perecederos al Final
Asegúrate de que tus perecederos, incluido el pollo, sean lo último que coloques en tu carrito antes de pasar por caja.
4. Mantenlo Separado
Mantén el pollo crudo separado de otros artículos en tu carrito de compras para prevenir la contaminación cruzada.
5. Refrigera Rápidamente
Los artículos de pollo deben llevarse a casa inmediatamente y colocarse rápidamente en el refrigerador. No dejes el pollo en el mesón ni permitas que alcance la temperatura ambiente. El pollo fresco puede refrigerarse en su empaque original y debe colocarse en la parte más fría del refrigerador. ¡Si tienes un cajón para carne, es perfecto!
6. Úsalo Rápidamente
Recomendamos mantener el pollo fresco y crudo en el refrigerador por no más de dos días, para asegurar la máxima frescura. Si planeas congelar tu pollo, deberías hacerlo inmediatamente al regresar de tu compra. Consulta la tabla de almacenamiento de pollo en nuestra pestaña de Almacenamiento para más detalles.